¿Es la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe un espacio para encontrarnos como hermanos?

Sin duda, la experiencia de esta primera asamblea de carácter sinodal deja aún muchas interrogantes, que se irán respondiendo sobre la marcha, ahora la tarea es seguir trabajando por una Iglesia ‘Pueblo de Dios’ donde todos sean escuchados.

Mauricio López del Celam, ha señalado que, si bien hace falta mucho camino por andar, en esta Asamblea Eclesial “se han dado pasos concretos para avanzar en la mayor participación del pueblo”. Es así como las personas que antes no habían sido escuchadas ni tomadas en cuenta hoy son parte fundamental del cambio “esas voces son de quienes ahora consideramos verdaderos sujetos de su propia historia”.

En este sentido, Mauricio López hace una reflexión que engloba todo el sentimiento que siente es Pueblo fiel de Dios, que por años no ha sido escuchado, pero que en este tiempo ve una luz de esperanza para seguir apostando por un futuro mejor “Cuando el corazón está lastimado por expresiones de exclusión en la Iglesia, o por falta de una genuina sinodalidad, es muy importante hacer este acercamiento y propiciar el encuentro” expresó.

Y continúa diciendo “de esto habla el Papa para el sínodo sobre sinodalidad, nos llama a ir al encuentro, abrirnos a la escucha y a experimentar el discernimiento. En todo caso, lo más importante es que el factor comunitario fue el más importante, más que la participación individual que fue un instrumento que se ofreció porque la situación de la pandemia así lo ameritaba. Los foros temáticos reflejaron lo que el Papa pidió para estos procesos sinodales, que las personas hablen sin miedo, sin exclusión, y que puedan presentar todo aquello que está en sus corazones”.