La Primera Asamblea Eclesial, ha exigido y requerido un camino antes recorrido por América Latina, pero con la novedad a la que el Espíritu nos ha invitado en este tiempo concreto.
De “escucha de Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios” (Episcopalis Communio 6).
De discernimiento comunitario y eclesial, “pues la Iglesia se da con todos, sin exclusión” (Video mensaje del papa Francisco).
Y de una búsqueda de nuevos caminos para actuar, fruto del aporte de los asambleístas (voz del pueblo) al proponer los desafíos y orientaciones pastorales con visión continental, pero nacidas desde la experiencia personal y comunitaria.
Y ahí vamos, en camino a una implementación progresiva de los frutos de la Asamblea Eclesial, donde no está mal que vayamos a distinto ritmo, sino que “como niños pequeños damos pasos cortos y torpes. De repente, sentimos que nuestros pasitos sinodales son el ‘gran kairós’, pero más pronto que tarde descubrimos nuestra pequeñez y descubrimos la necesidad de una mayor conversión personal y pastoral” (Video mensaje del papa Francisco a la Pontificia Comisión para América Latina).
Luego de la Primera Asamblea Eclesial de noviembre 2021:
- Celebramos un Encuentro Eclesial con algunos cientos de Asambleístas, en marzo de 2022.
- Promovimos un itinerario espiritual para vivir la Cuaresma y la Pascua desde los desafíos pastorales.
- Posteriormente nos reunimos con Asambleístas por Regiones en mayo de 2022 donde en grupo compartimos:
¿Cómo han sido recibidos los frutos de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe en nuestros países?
Si ha habido algunas dificultades con respecto a la recepción o asimilación de los frutos de la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe en nuestros países y de qué manera han podido enfrentarlas o si requieren algún apoyo del CELAM para ello.
- Y recientemente facilitamos la experiencia de dos Retiros Espirituales virtuales para obispos y sacerdotes del continente, que también ofreceremos a laicos, vida consagrada y otros grupos.
La intención ha sido ayudar en la profundización de la voz pronunciada por la Asamblea Eclesial, pues:
- Todavía estamos comprendiéndola, asimilándola e interiorizándola entre nosotros.
- Se percibe como capacitación en el ejercicio sinodal en sí mismo, como experiencia eclesial-sinodal que forma parte incluso de la fase diocesana del sínodo en algunos países (equipos animadores de la Asamblea, continuaron animando el Sínodo) y en plena conexión, como lo han dicho algunos de ustedes, con la fase continental que comenzará más adelante.
- Y se presenta como expresión viva de la reforma de la Iglesia (como han dicho) y donde América Latina y El Caribe sigue primereando con humildad y, trascendiendo nuestras fronteras, se comparte con otros, ofreciendo esta experiencia como un aporte.
Así entonces, podríamos preguntarnos:
Luego de haber vivido la Asamblea Eclesial: ¿A qué nuevos caminos pastorales nos está invitando el Señor?
La Asamblea Eclesial encuentra su cauce pastoral concreto y contextualizado en los países, en las diócesis y comunidades: ¿Qué podemos hacer para organizarnos? ¿En qué podríamos encontrar un buen consenso para ir hacia adelante? ¿Qué ideas tenemos?
Sigamos soñando con una Iglesia que siga los pasos de Jesús, siendo discípulos misioneros en salida.
Pbro. David Jasso /Comité de Comunicación de la Asamblea Eclesial