La Comisión Interinstitucional para el Proceso de Escucha al Pueblo de Dios de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe celebró su tercera reunión para presentar los instrumentos que se usarán para la consulta ampliada de este santo Pueblo fiel de Dios que peregrina en nuestra región y continente: laicos, laicas, sacerdotes, obispos, religiosas, religiosos, misioneras, misioneros en el marco de este inédito evento.
Mauricio López, coordinador de la Comisión de Escucha, ha explicado que la idea es que todos los participantes sean ese puente: “El Celam por ningún motivo puede, ni tampoco debe, en una lógica sinodal pretender llegar a los espacios más distantes o periféricos de manera autónoma, o realizar estas dinámicas en los sitios donde peregrina el pueblo de Dios”.
“Esto solo es posible través de ustedes, y en ello está el espíritu mismo de esta Asamblea. De propiciar acercamientos con las voces que usualmente han estado excluidas o no han tenido acceso, y eso solo es posible en la capilaridad eclesial de la cercanía encarnada de parte de las tan diversas presencias de nuestra Iglesia que ustedes representan”, acotó.
Al respecto ha informado que para el mes de abril estarán disponibles para el proceso de escucha un documento para el camino elaborado por una comisión de especialistas, una guía metodológica (versión ampliada y versión popular) y una plataforma para la recolección y sistematización de información donde tendrán disponibles los cuestionarios de la Escucha, la posibilidad de crear foros temáticos de discusión, entre otros. Todo esto fruto de un trabajo mancomunado de diversas instancias del Celam y otras eclesiales.
Un hito en el camino
“Todo proceso Sinodal comienza en el pueblo de Dios, y debe terminar en y con él, esto plantea la Epicopalis Communio, por tanto la Asamblea Eclesial debe ser un hito en la mitad del camino, un hito que nos ayude confirmar y asegurar las voces del territorio y la región, las más distantes y diversas, para luego regresar a ellas con los frutos de este itinerario para que se encarnen los nuevos caminos propuestos”, aseguró.
El tema de la escucha “es fundamental”, por eso a través del Centro de gestión del conocimiento del Celam “se está estructurando una modalidad de acompañamiento y fortalecimiento de todo el proceso eclesial” posterior a la propia Asamblea.
Además Mauricio ha indicado que “desde el Centro de programas y redes de acción pastoral del Celam, estamos tratando de abrir una perspectiva y una modalidad pastoral que se sustente en los dinamismos de redes y programas amplios, que resulten de la escucha directa en los territorios como elemento esencial en la renovación y reestructura de la aproximación pastoral en el Celam” en especial en aquellos espacios donde no hay acceso a internet.
Una síntesis del proceso
“La Comisión de escucha tendrá sus meses más intensos de trabajo entre abril y hasta julio, estamos hablando de más de tres meses y medio de escucha intensa, pero que para cumplir fielmente su misión de llegar a los sitios más lejanos, a los lugares más improbables, y a todo el pueblo de Dios, dependerá de ustedes en cada red, institución e instancia eclesial que trabaja en América Latina en los sitios concretos, por ello un agradecimiento profundo y el ánimo de que abracemos todos y todas esta tarea como misión compartida”, explicó.
Al final de este proceso “se elaborará una síntesis tal como se hizo en el proceso sinodal amazónico para que la Comisión de contenidos diseñe un instrumento de trabajo (que quizás tendrá otro nombre), un documento inspirado en la escucha y que será la base del discernimiento de la Asamblea”.
“Hemos tenidos diversos encuentros con Conferencias Episcopales, Conferencias de Religiosos-as, pastoral juvenil, con la red de institutos y centros de pastoral juvenil, grupos eclesiales y afines, con las Redes Eclesiales Territoriales de Ecología Integral: Repam, Remam y la del Gran Chaco y Acuífero Guaraní. Es importante insistir que aquí no se dirigirá la escucha desde arriba, sino que lo que hacemos es ofrecer una herramienta en común, un molde, para que la escucha se animada por sus respectivas presencias en medio del pueblo de Dios y ahí se comparta la vida y el pan”, señaló.