Este 19 de noviembre ha iniciado el ciclo de encuentros continentales sobre el texto de reflexiones y propuestas pastorales de la Asamblea Eclesial “Hacia una Iglesia sinodal y en salida a las periferias”, bajo el apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), y que se realizarán por ámbitos eclesiales hasta el 02 de diciembre.
Más de 350 participantes pudieron encontrarse en la plataforma zoom para conocer a fondo este texto, que busca seguir animando el caminar sinodal de la Iglesia en el continente.
En esta jornada, se ha contado con la intervención del padre Pedro Brassesco, secretario adjunto del Celam, quien explicó el proceso de la Asamblea Eclesial hasta la publicación del texto de reflexiones.
También estuvieron la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos/as (CLAR) y el Rafael Luciani, integrante del equipo de reflexión teológica del Celam. Ambos ampliaron detalles sobre el documento.
Testigos del amor de Dios
La bienvenida estuvo a cargo de monseñor Jorge Lozano, secretario general del Celam y arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina).
“Hace un año estábamos calentando motores para iniciar una de las fases más importantes de este camino de Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe y, por tanto, el lema que nos sigue convocando es todos somos discípulos misioneros en salida”, apuntó el prelado,
La Asamblea Eclesial ha permitido “reconocernos desde el bautismo miembros de una misma familia y un mismo pueblo que está en marcha”, por ello “al volvernos a encontrarnos hoy es hacer memoria y apropiarnos de los frutos del camino que estamos transitando, hacerlo propio y alentarnos a ser un pueblo de Dios en marcha, misionero, convocados por la Gracia de Dios para ser testigos de su amor”.
“Que cada uno y cada una podamos encontrarnos desde cada vocación y misión para compartir la alegría de la fe”, finalizó.
“La Asamblea Eclesial, continúa”
El padre Pedro Brassesco, secretario adjunto del Celam, hizo un recorrido de la Asamblea Eclesial, especificando momentos clave: proceso de escucha, síntesis narrativa, discernimiento comunitario hasta llegar al momento asambleario.
Tras la realización de la Asamblea se establecieron 41 desafíos pastorales, que tienen como horizonte el Jubileo Guadalupano (2031) y el Jubileo de la Redención (2033) y fueron sistematizados.
“De esos 41 se hizo una elección de algunos considerados prioritarios y finalmente se escogieron 12” y ha destacado que “la Asamblea Eclesial es un proceso que no terminó y continúa”.
Por ello, el camino de Asamblea en 2022 estuvo signado por una serie de subsidios espirituales de Pentecostés y Pascua para “vivir este tiempo a la luz de los desafíos como también los encuentros eclesiales donde renovamos el Espíritu asambleario como continuidad este proceso”.
Estructuración del texto de Asamblea
Para llegar hasta el texto de Asamblea Eclesial, el Equipo de reflexión teológica del Celam hizo una sistematización de todo el proceso de Asamblea Eclesial y “no solo su fase asamblearia, sino desde el proceso de escucha, la fase de discernimiento y todos los documentos generados”.
De hecho, de 41 desafíos pastorales más los 12 escogidos, esta comisión incorporó también los desafíos de grupos de discernimiento para un total de 231 y a partir de allí se estructuró el texto a partir del método ver, juzgar y actuar.
Incluso, explica Brassesco, se planteó una perspectiva más amplia en estos tres ámbitos donde “en ver se incorpora contemplar y escuchar; en juzgar, iluminar y discernir; y en actuar orientar e impulsar”.
Además el sacerdote aseguró que “la fuente principal del texto es la Palabra de Dios escrita y vivida en el pueblo de Dios. La sagrada escritura se cita según la Biblia de la Iglesia en América (BIA), se recogen enseñanzas del Concilio Vaticano II y de los últimos Papas” en especial, el magisterio del Papa Francisco.
Escuchar el clamor del pueblo de Dios
“La urgencia de toda este caminar de Asamblea Eclesial que hemos tenido es mirar la realidad de manera contextualizada para ver lo que otros no ven y también mirar la realidad desde la fe, con mirada creyente”. Así ha descrito la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la CLAR, la primera parte del texto.
Para la religiosa colombiana “el eje vertebral de esta primera parte es la escucha, escuchar la voz, hasta escuchar con él el clamor de nuestro pueblo y escuchar el pueblo hasta respirar en lo que acontece, porque el lugar teológico por excelencia es la realidad que sigue clamando por discípulos misioneros”.
Por ello, esta primera parte “nos recuerda que en la tradición bíblica la escucha es el camino del encuentro con Dios, por tanto, como en la Iglesia de nuestro continente no podemos entender de manera distinta de situarnos que en la actitud y modo de la escucha”.
Tradición histórica sinodal
Rafael Luciani, teólogo venezolano e integrante del equipo de reflexión teológica del Celam, abordó la segunda parte del texto. Al respecto, ha destacado que “esta parte contiene una reflexión histórica, teológica, pastoral y espiritual acerca del tema de la Asamblea. Cumple la función de articular e iluminar”.
Agregó: “Ofrece aportes para discernir los desafíos de la realidad que vemos y escuchamos, y para fundamentar la formulación de las orientaciones pastorales”, por ende, la Iglesia latinoamericana cuenta con “una rica experiencia conciliar, sinodal y colegial desde sus orígenes y en su historia contemporánea”.
Camino que inició desde 1955 con la celebración de la I Conferencia General del Episcopado en Río de Janeiro hasta llegar a la Conferencia General de Aparecida en 2007. En este sentido recordó que “América Latina se constituyó en la primera región con un cuerpo episcopal de carácter colegial” con la creación del Celam.
En cuanto a la sinodalidad, planteada en el documento, ha mencionado que “se requiere comprender y vivir el hecho de que todos somos Pueblo de Dios. Desde el sacerdocio común, todos los fieles, unidos por la igualdad radical que otorga la dignidad bautismal, somos convocados a una participación activa en la Iglesia y en su misión”.
Para superar las diferencias, posiciones y contraposiciones que parecen irresolubles, resulta esencial escuchar al Espíritu, porque “su acción discreta y armónica sobrepasa nuestros horizontes limitados y nos abre a la sabiduría de la cruz, al don de la vida en abundancia, a la creatividad del amor pastoral, a síntesis superadoras”.