Con esta Asamblea Eclesial, estamos estrenando un nuevo modo de ser y de vivir nuestra fe en Jesús y nuestra pertenencia a la Iglesia en América Latina y El Caribe: Escuchar, Discernir y actuar juntos, continuando la misión de Jesús en respuesta a los signos de los tiempos.
Y esta es la buena noticia: la novedad de iniciar juntos esta experiencia de ser Iglesia, Pueblo de Dios, en el hoy de nuestra historia latinoamericana en comunión con el Papa Francisco. No es una moda que inventamos. Es volver a los orígenes de la Iglesia. Ya san Juan Crisóstomo decía que Iglesia es sinónimo de Sínodo. Es el Espíritu Santo el que nos pone en movimiento para que: «nos acerquemos a Aquel que es nuestra cabeza, Cristo, de quien todo el cuerpo, trabado y unido por la acción propia de cada miembro, crece y se perfecciona en la caridad» (Carta a los Efesios 4,15-16).
En nuestra grave situación sanitaria, económica, política y socioambiental que vivimos, el Señor se empeña en regenerar la belleza del amor en cada uno de nosotros y hacer renacer la esperanza: “Miren que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan?” (Is 43,18b).
Este es el tiempo propicio para vivir una espiritualidad cristocéntrica que nos exige un constante proceso de discernimiento espiritual para poner en práctica la voluntad de Dios. Se nos ha enseñado el Catecismo, pero ahora necesitamos ejercitarnos en buscar juntos la voluntad de Dios que es la esencia de la sinodalidad. Una ayuda muy valiosa es el Documento para el discernimiento comunitario que se nos ha presentado en esta primera e inédita Asamblea Eclesial que estamos viviendo en estos días. Nos ha faltado tiempo para asimilar su contenido, fruto del proceso de escucha realizado como preparación de esta Asamblea, desde las comunidades parroquiales y Jurisdicciones Eclesiásticas.
Somos llamados a volver constantemente a los orígenes del encuentro de Jesús con cada uno de los miembros de la comunidad de discípulos-misioneros para estar atentos a la acción del Espíritu Santo que actúa de forma íntima y directa en el corazón de cada bautizado para realizar los designios del Padre en su Hijo Jesucristo y en cada uno de sus hijas e hijos.
Es el Espíritu Santo, -como nos lo indica el Papa Francisco-que no se deja encerrar en estructuras fijas o caducas y nos propone sumarnos a su movimiento capaz de “hacer nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21,5).
Es la hora de la acción pastoral desde la espiritualidad eclesial. Por eso debemos tener muy presente lo que nos dice Jesús: “No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mateo 7,21)
Por tanto, a cada uno de nosotros hoy, desde nuestra vida personal y comunitaria, se nos pide dejarnos llevar por el Espíritu y aportar con lo que somos y tenemos al fiel cumplimiento de la voluntad de Dios. Esa es la actitud fundamental para experimentar una constante llamada a la CONVERSIÓN SOCIAL, CULTURAL, ECOLÓGICA Y ECLESIAL que nos pide el proceso de reforma de nuestra Iglesia.
FRANCISCO, como Obispo de Roma, nos ofrece su magisterio pastoral y social:
Evangelii Gaudium
Laudato Si’
Gaudete et Exultate
Fratelli Tutti
Proceso sinodal en América Latina y El Caribe:
Creación de la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM (12 de setiembre 2014)
Realización del SINODO AMAZÓNICO (octubre 2019)
Creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía – CEAMA (2020)
Realización de la ASAMBLEA ECLESIAL de América Latina y El Caribe (noviembre 2021)
Convocatoria del SINODO SOBRE LA SINODALIDAD (octubre 2023)
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) es un proceso de escucha, de reflexión, de fraternidad y de experiencias de solidaridad encarnada e inculturada en la diversidad de culturas ancestrales, a la luz del Evangelio de Jesús, en el territorio amazónico.
La CEAMA, aprobada canónicamente por el Papa Francisco, es un organismo jurídico de la Iglesia que está al servicio de los pueblos y del bioma amazónico, en defensa de la vida, don de Dios, y de nuestro entorno natural, seriamente amenazado. La REPAM consolida a la CEAMA por el trabajo en el territorio, en comunión con los pueblos originarios, ribereños y afrodescendientes que viven en la Amazonía.
Es lógico que esta unidad entre la fidelidad y amor a Cristo y el servicio a la misión de la Iglesia, nos llene de alegría y sea fuente de inspiración para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología integra. Insisto sin la unión con la persona de Jesucristo, vivida en la convivencia de los discípulos y como fuente de la misión, ninguna propuesta pastoral no tiene sentido ni coherencia.
Con las palabras de Antonio de Saint Exupery, la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe “sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos”.
La Asamblea Eclesial es como la semilla de mostaza, la más pequeña de las semillas que con el tiempo se convierte en un gran árbol… Esa es nuestra esperanza de la Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe fortalecida por las palabras que nos dice Santa María de Guadalupe: “No temas, ¿no estoy aquí que soy tu Madre?”
Por Cardenal Pedro Barreto, S.J.